El ambiente festivo que inunda las calles de Manzanillo, la amabilidad con la que sus habitantes reciben al visitante, además de su riqueza natural y su magnífica infraestructura turística, lo convierten en un espléndido escenario que ofrece a las actividades del turista un sinfín de posibilidades: pesca deportiva, turismo de aventura, paseos por las playas, diversión y, por supuesto los exquisitos platillos típicos de la región que los restaurantes preparan para sus clientes.